jueves, 5 de abril de 2012

08. Unidad 08. Medioambiente y sociedad

Después de la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento del consumo, la expansión de las ciudades y de la industria, la aplicación de técnicas agrícolas avanzadas, el desarrollo de los transportes, etc., han acelerado e intensificado el impacto humano sobre el medio ambiente.
Esta falta de equilibrio en las relaciones entre el medio natural y la sociedad actual hace que, a veces, se llegue a poner en peligro la conservación de la naturaleza y se produzcan situaciones de crisis ambiental.
La gravedad de los problemas ambientales ha creado una conciencia ecológica y una preocupación por todo lo relacionado con el medio ambiente.
Por todo ello, el interés de la humanidad es alcanzar una gestión ambiental sostenible, que permita un desarrollo equilibrado sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras.

TALLER 1. LA TIERRA UN ECOSISTEMA.
1.1. ¿Qué es un ecosistema?
En este curso has estudiado los climas, las aguas, la vegetación, la fauna y los seres humanos que ocupan la Tierra. Ninguno de estos elementos es independiente del otro y todos mantienen entre sí estrechas y complejas relaciones. Por eso decimos que el planeta Tierra es un complicado ecosistema.
1.2. Los elementos del ecosistema Tierra
Elementos del planeta Tierra. En un ecosistema, las plantas, los animales y los seres humanos se encuentran relacionados entre sí y con el entorno que los rodea. Cuando se modifica un elemento quedan afectados los elementos restantes.
El planeta Tierra, como sabes, está formado por cuatro elementos interrelacionados: la litosfera (SÓLIDO) o corteza terrestre; la hidrosfera (LÍQUIDO) o conjunto de aguas que se encuentran en la Tierra; la atmósfera (GAS), capa gaseosa que envuelve el planeta; y la biosfera, formada por los organismos vivos: vegetación, animales y seres humanos.
La vegetación está en el centro de las interrelaciones de los elementos del ecosistema Tierra ya que:
  • Depende del clima y, a su vez, lo modifica al condicionar la cantidad de vapor de agua que contiene la atmósfera.
  • Sirve de alimento a los animales y a los seres humanos.
  • Absorbe los nutrientes del suelo, pero también contribuye a formarlos ya que, en gran parte, los suelos son producto de la descomposición de los elementos orgánicos (vegetales y animales).
  • Tiene una íntima relación con la hidrosfera ya que se alimenta de las reservas de agua subterráneas. Además, evita la erosión que origina la lluvia en las laderas de las montañas.
Así pues, el ecosistema terrestre es como una cadena de interrelaciones equilibradas en la que una pequeña alteración puede provocar graves desequilibrios ambientales.

1.3. El agua un bien básico y escaso
La sobreexplotación de los ríos que desembocan en el Mar de Aral ha reducido considerablemente su superficie.
El agua es un recurso básico para la vida de las personas y de los seres vivos en general. Sin embargo, es también un bien escaso debido a que la demanda para abastecer las necesidades humanas es cada vez mayor: desde 1900 la población mundial se ha duplicado, y el consumo de agua se ha multiplicado por seis.
El creciente consumo de agua, sobre todo en los países desarrollados, conlleva la sobreexplotación de los recursos hídricos. Algunos de ellos (ríos y depósitos subterráneos) pueden llegar a agotarse y, en el caso de la extracción de aguas del subsuelo, su sobreexplotación causa la contaminación de los acuíferos, porque los saliniza.
Si al aumento del consumo y a la sobreexplotación le añadimos los efectos del cambio climático y la contaminación de muchos ríos por los vertidos agrícolas, ganaderos, industriales y urbanos, el problema de la escasez del agua se acentúa.
  
1.4. El Sol, fuente de la vida
El Sol es la principal fuente de energía para nuestro planeta. Sin él no existiría el ecosistema de la Tierra.
El Sol calienta la superficie terrestre, evita que las temperaturas sean gélidas y permite a las plantas crecer y producir oxígeno y materia orgánica. También rige el ciclo del agua, ya que al evaporar el agua del mar ésta se desala y el agua de la lluvia puede ser utilizada por los seres vivos.

1.5. El trabajo de los científicos
Hay científicos que estudian un elemento del ecosistema Tierra y se convierten en especialistas de esa materia estudiada. Así, por ejemplo:
  • Los geólogos investigan sobre el relieve externo y las capas internas de las rocas que hay en la Tierra.
  • Los meteorólogos estudian el comportamiento de los fenómenos atmosféricos.
  • Los botánicos analizan las diversas especies vegetales que existen en el mundo.
  • Los geógrafos se dedican a estudiar el papel que desempeñan los seres humanos en el funcionamiento de los ecosistemas del medio ambiente.

TALLER 2. LOS RIESGOS NATURALES
El término riesgo significa la existencia de un posible peligro para las personas o las cosas.
Según su origen pueden ser: naturales o provocados por la acción humana.

2.1. Tipos de riesgos naturales
Una tercera parte de la población mundial vive en zonas del planeta donde es probable que se produzca alguno de los cuatro grandes riesgos naturales: terremotos, erupciones volcánicas, huracanes e inundaciones.

  • Terremotos
Los terremotos pueden provocar importantes daños materiales y personales si afectan a zonas pobladas.
La fuerza destructiva provocada por los terremotos puede ser muy grande, de manera que pueden ocasionar catástrofes enormes. La importancia de los efectos de un terremoto depende del grado de prevención y del cumplimiento de los códigos de construcción.
En Estados Unidos y en Japón, donde los terremotos son frecuentes, las leyes obligan a que los edificios de nueva construcción tengan medidas especiales de seguridad como estar aislados del suelo, tener una cierta flexibilidad, utilizar pinturas o materiales ignífugos, etc.
En 1989, el terremoto de Santa Cruz (California) causó 62 muertos y poca destrucción, mientras que el terremoto de Armenia de 1988, con una magnitud la mitad del de Santa Cruz, provocó 25000 muertes y aún no se han reconstruido todas las edificaciones.
Algunas zonas del Sureste de la Península Ibérica tienen un leve riesgo de terremotos por su proximidad a la zona de contacto entre la placa africana y la placa europea.
  • Erupciones volcánicas
Según la magnitud de una erupción volcánica, el resultado puede ser devastador: los materiales expulsados pueden arrasar extensas superficies y los gases ser contaminantes.
Las erupciones volcánicas son especialmente temibles cuando proyectan cenizas incandescentes que el viento arrastra a lugares distantes.
Con el paso del tiempo, los materiales volcánicos, convertidos en partículas de tierra, pueden dar lugar a suelos muy fértiles y a zonas muy aptas para la agricultura y muy pobladas. Sin embargo, una nueva erupción en estas zonas podría tener graves consecuencias para sus habitantes.
Las islas Canarias, por su origen volcánico, se encuentran en una zona de riesgo de erupciones. El Teide, por ejemplo, es un volcán activo.
  •  Huracanes
Los huracanes suceden en latitudes medias y se caracterizan por vientos extremadamente violentos y por lluvias que se convierten en verdaderos diluvios. Ocasionan destrucción y pueden provocar un gran número de víctimas e importantes catástrofes.
Los huracanes son vientos que superan los 120 km/h. Se desplazan del mar hacia el continente, acompañados de tormentas y con un gran oleaje en la costa.
  • Inundaciones
Las inundaciones se originan cuando se producen lluvias intensas en un corto período de tiempo. El agua no puede ser absorbida ni por el terreno ni por los ríos, lo que da lugar al desbordamiento de éstos. A veces, las inundaciones se producen por la fusión de las nieves de las montañas o por la rotura de una presa.
El Danubio se ha desbordado en muchas ocasiones y ha inundado los territorios que atraviesa
En ocasiones, después de épocas de largas o intensas lluvias, en las laderas de las montañas que no tienen protección vegetal se producen deslizamientos de tierras que se convierten en avalanchas de piedras y lodos que arrasan y sepultan todo lo que encuentran a su paso.
  • Tsunamis


2.2. Prevención y predicción de riesgos
Aunque los riesgos naturales son casi siempre inevitables, la prevención y su predicción es, en ocasiones, posible.
  • La prevención contempla todas las medidas que se pueden llevar a cabo con anticipación al desencadenamiento de un riesgo, a fin de paliar, disminuir o evitar los daños que puede llegar a producir.
Consiste en tomar medidas a largo plazo en función de los riesgos dominantes en un territorio, como infraestructuras u obras de ingeniería, así como legislación sobre suelos, aguas, incendios, etc. En la actualidad se pretende que, además, estas medidas sean respetuosas con el medio ambiente.
  • La predicción consiste en anticipar un riesgo antes de que suceda, conociendo las condiciones que pueden favorecerlo. Una riada o un alud, por ejemplo, pueden predecirse si se conoce la previsión meteorológica.



TALLER 3. LOS RIESGOS PROVOCADOS POR LA ACCIÓN HUMANA

3.1. ¿Qué son los riesgos tecnológicos?

Además de los riesgos naturales, existen los riesgos que tienen origen humano y tecnológico. Ocurren como consecuencia de un accidente derivado de las actividades industriales, del uso de tecnologías o por el funcionamiento deficiente de alguna instalación.
Las actividades industriales nos proporcionan muchos beneficios y dan trabajo a numerosas personas, y el uso de la tecnología facilita la vida diaria, pero todo ello tiene también consecuencias no deseables y puede provocar daños ambientales y humanos importantes.
Entre los riesgos tecnológicos más graves destacan las radiaciones emitidas por los materiales nucleares, ya sea en el proceso de extracción de los minerales del subsuelo o en su posterior transformación por los escapes de centrales nucleares, o bien por bombas atómicas o residuos radiactivos.

3.2. La contaminación medioambiental

Como consecuencia de las actividades humanas, todos los días generamos gran cantidad de agentes contaminantes, que también representan riesgos para la naturaleza: se vierten residuos que contaminan los ríos o los suelos y gases que polucionan la atmósfera y que hacen que su temperatura aumente. 

  • La lluvia ácida

Los expertos han observado que, desde 1960, en muchos países industrializados el agua de lluvia es más ácida. Esto significa que la contaminación atmosférica es tan grande que los óxidos de nitrógeno y de azufre pasan a las gotas de lluvia. Esta lluvia, cuando cae, ataca y mata árboles y plantas y tiene efectos nocivos sobre los materiales, los animales, los lagos y los ríos.

  • Las aguas residuales

Durante años, las cloacas de las ciudades y pueblos, así como las aguas residuales de muchas fábricas se han vertido directamente a los ríos. Actualmente, en algunos países es obligatorio que todas estas aguas sean tratadas en plantas depuradoras para evitar que afecten a los ríos y contaminen los suelos.

  • El cambio climático

Desde 1900, la temperatura media de la atmósfera ha aumentado 0,7°C, pero los expertos dicen que el calentamiento de la atmósfera es cada vez más rápido debido a las emisiones de CO2.
Este calentamiento se conoce como efecto invernadero y puede tener consecuencias catastróficas tales como cambios en los climas o el deshielo de parte de los polos, lo que haría subir el nivel del mar.


TALLER 4. EL MEDIO AMBIENTE URBANO

4.1. La ciudad, un ecosistema abierto

Las ciudades necesitan proveerse de muchos productos del exterior, como, por ejemplo, energía, alimentos, agua, etc. Para hacernos una idea aproximada de estas necesidades, hay que tener en cuenta que en una ciudad europea cada habitante consume más de 300 litros de agua al día.
A su vez, las ciudades producen una gran cantidad de residuos que hay que tratar o reciclar. Si no se organiza la recogida selectiva y reciclaje, botellas, papeles, latas, plásticos y residuos orgánicos se amontonan en los vertederos hasta llenar, en ocasiones, valles enteros.
Además, si las aguas residuales procedentes de las cloacas no se depuran adecuadamente, pueden contaminar el subsuelo y llegar a fuentes y ríos.
Es por ello, por cuanto las ciudades, por todo lo que necesitan y por todos los residuos que generan, son consideradas ecosistemas abiertos.

4.2. El clima urbano

La polución de las ciudades es la responsable de que se forme, por encima de ellas, una nube espesa.
Las ciudades acostumbran a registrar temperaturas de entre 1° y 4°C más altas que en las zonas próximas: es lo que se conoce como isla de calor. En algunas grandes ciudades, como por ejemplo París, esta diferencia ha llegado a alcanzar, algunos días, hasta 14°C.
Hay diversos factores que contribuyen a calentar la atmósfera urbana: las calefacciones, la actividad de las fábricas y, sobre todo, los motores de los automóviles.
La polución provocada por las fábricas y los vehículos es otro rasgo que caracteriza el clima urbano. Es la responsable de que, a veces, sobre las ciudades se forme una nube densa y oscura. Cuando no hay viento o las ciudades están situadas entre montañas, es habitual que se creen nieblas y que el cielo presente un aspecto gris. Esta polución puede originar alergias y enfermedades pulmonares.
En las ciudades de los países ricos la contaminación tiende a disminuir porque se establecen leyes que, entre otras actuaciones, regulan las actividades industriales, controlan los gases de los coches y reducen el uso del carbón para las calefacciones.
Pero todas estas actuaciones cuestan mucho dinero y esfuerzo y requieren grandes inversiones en nuevas tecnologías que muchos países en vías de desarrollo no pueden asumir; allí la contaminación sigue aumentando.

 

4.3. Las ciudades necesitan proveerse

  • Energía eléctrica

La electricidad se produce en centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas y, en menor cantidad, en las plantas de aprovechamiento eólico y solar. La electricidad, tan necesaria para el funcionamiento diario de las ciudades, llega a ellas a través de una densa red de tendido eléctrico.

  • Agua

A menudo, el suministro de agua potable a las ciudades se realiza a través de canales que la conducen desde los embalses o los ríos, a veces lejanos.

  • Alimentos

En las grandes ciudades los productos llegan a un mercado de abastos donde se venden al por mayor.

4.4. Producción de residuos urbanos

  • Humos

Parte de la contaminación atmosférica que hay en las ciudades procede de los humos de las fábricas, pero también de los coches y de las calefacciones de las casas.

  • Residuos orgánicos e inorgánicos

Gran parte de los residuos que generan las ciudades deben reciclarse, así no se acumulan en los vertederos de las afueras, pueden reutilizarse ciertos productos y ahorrar materias primas y energía.

  • Aguas residuales

Se tratan en las plantas depuradoras para verterlas de nuevo a los ríos o al mar.


TALLER 5. EL DESARROLLO SOSTENIBLE

5.1. La explotación de recursos

El aumento de la población ha generado una mayor necesidad de tierras de cultivo y un mayor consumo de recursos naturales. Ello ha dado lugar a la sobreexplotación de alguno de estos recursos o a la degradación de otros: se han deforestado paisajes, se ha roto el equilibrio de algunos ecosistemas, se ha contaminado el agua y el aire, han desaparecido diversas especies animales, etc.



  • El viento es un recurso renovable del que se obtiene la energía eólica, aunque todavía está poco desarrollada.



  • La explotación de los bosques lleva a la deforestación y a la pérdida de biodiversidad.
  • En los países poco desarrollados a menudo hay que ir a buscar el agua potable a muchos kilómetros.




Desde hace algunos años, la sociedad se ha dado cuenta de los tres problemas básicos que presentan los recursos naturales de la Tierra: agotamiento, degradación y reparto desigual.

  • El agotamiento de los recursos no renovables

Algunos recursos energéticos básicos para la sociedad actual, como el carbón o el petróleo, han tardado millones de años en formarse, pero desaparecen a medida que los consumimos ya que no hay posibilidad de recuperarlos. Estos recursos que no se pueden reponer se denominan recursos no renovables.
Algunos científicos afirmaron que ciertos recursos energéticos y minerales no renovables se agotarían pronto. Sin embargo, hoy sabemos que todavía hay considerables cantidades de estos recursos, que reciben el nombre de reservas.
A pesar de que el agotamiento de algunos recursos no es una amenaza inmediata, hay que evitar derrocharlos, ya que la explotación de las reservas puede ser muy costosa.

  • La degradación de los recursos renovables

Parte de los recursos naturales que utilizamos son renovables, es decir, la naturaleza se encarga de reponerlos de forma automática. El problema en ellos no es tanto un posible agotamiento sino su degradación.
El agua es un recurso que se genera continuamente en el ciclo del agua. El bosque o el suelo también se consideran recursos renovables porque pueden regenerarse solos. Todos ellos están expuestos a la degradación y también a la explotación excesiva, que si bien no los agotará, debemos evitar para no malgastarlos.

  • El reparto desigual de los recursos en la Tierra

Otro problema es que los recursos naturales no están localizados por igual en todo el mundo. Y además no todas las personas tienen un mismo acceso y disponibilidad a ellos.
El petróleo o ciertos minerales sólo abundan en algunos países o están en manos de unas pocas naciones. A menudo, empresas extranjeras se encargan de su explotación y controlan los precios, lo que provoca que diversos países ricos en recursos naturales sean económicamente pobres.

 

5.2. El desarrollo sostenible

Nuestra sociedad ha empezado a tomar conciencia de la necesidad de cuidar y mantener los recursos de la Tierra, y de que no puede explotarlos de manera ilimitada.
Hay algunas especies animales y vegetales que están en peligro de extinción, así como ríos y mares contaminados. El aire de las ciudades a veces es irrespirable y cada día hay más coches. Además, producimos grandes cantidades de basura que no sabemos dónde almacenar. Por otra parte las emisiones de CO2 crean el peligro de un cambio climático de consecuencias catastróficas.
El desarrollo sostenible o sostenibilidad defiende que el aumento del bienestar actual no puede suponer una reducción del bienestar futuro. No se opone a que la sociedad tenga cada día más bienestar, pero entiende que para ello no hace falta poner en peligro el medio ambiente ni el futuro de las nuevas generaciones.
De este modo hay que aplicar buenas prácticas en la explotación de los recursos.

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